Archivo · Material Difusión

´Texto: No es lo mismo ser loca que loco

¿Por qué no es lo mismo? Es la pregunta más frecuente que he debido responder cuando declaro ser miembra de este colectivo. La respuesta es terrible sencilla: PORQUE NO ES LO MISMO SER HOMBRE QUE MUJER, corta. Las mujeres rotuladas con un diagnóstico psiquiátrico somos vulnerables a muchas formas de violencia institucionalizada: -Electroshock o TEC (grupo más vulnerable a esta nefasta práctica psiquiátrica invasiva y con consecuencias irreversibles son mujeres embarazadas y niñ@s) -Esterilizaciones forzadas -Violencia sexual (según estudio de tesis en región del Bio Bio 3 de cada 4 mujeres rotuladas con un diagnóstico psiquiátrico reportó haber sido víctima de violencia sexual) -Sobre medicación y patologización de mujeres que ingresan al sistema de salud mental por ser víctimas de violencia intrafamiliar, donde la psiquiatría se presenta como una alternativa para un proceso sanador y/o de acompañamiento y termina siendo un proceso donde con dosis de psicofármacos acallan el sufrimiento y el dolor y la rabia termina siendo domesticado. Se le adjudica una enfermedad o trastorno psicológico a la mujer víctima de la violencia machista y acaba siendo fármaco dependiente ¿las psicodrogas han sido a caso un «remedio» efectivo para detener, cambiar o definitivamente acabar con la violencia hacia las mujeres o sólo la ha individualizado?.  Cada vez que me he visto enfrentada al cuestionamiento de nuestro frente he explicado esto largamente y he sido ridiculizada, banalizada como si estuviésemos contra la salud. Y sí, lo estamos porque han determinado qué es lo que debemos aceptar como saludable y bienestar, cánones de funcionamiento del capital y el patriarcado. Estoy (estamos) contra la salud colonizadora y a favor de una salud emancipadora de las mujeres y antiautoritaria. Vamos aprendiendo y construyendo desde el feminismo, desde el apañe mutuo, desde la sororidad. Y seguiremos.

 

WhatsApp Image 2017-11-24 at 22.31.57

masculino norma

 

Reflexiones

Declaración Pública

Escribo este texto a petición de mis compañeras del grupo “No es lo mismo ser loca que loco”, explicando las razones por las cuales he decidido marginarme de la participación en este.

Hace 3 años, me quedé en una casa okupa y dormí en una cama con una mujer que vivía en esa casa, con quien había compartido en algunas ocasiones de forma previa y un hombre, que en ese entonces era mi amigo.

En esa instancia ejercí violencia sexual hacia aquella mujer, insistiendo en besarla en 2 ocasiones y haciéndole cariño en el estómago, mientras estábamos acostadxs, pese a que pude leer en sus gestos una negativa, siendo aún más evidente cuando después de un rato se volteó y abrazo al otro hombre con el que dormíamos.

Al día siguiente, le pedí disculpas por mi actuar, y nos fuimos a otra pieza de la casa a conversar, ella inmediatamente me expreso disgusto por mis gestos y me planteo que la hice sentir muy incómoda, que si bien ella no se veía tan afectada, sabía de muchas otras mujeres a quienes ese mismo gesto les hubiera producido mucho malestar pues les hubiera recordado otras ocasiones en las cuales habían sido víctimas de agresión sexual, y que yo a ella no la conocía, entonces no podía saber cómo le podían afectar esos escenarios. 

Le pedí varias veces disculpas, ante lo cual su postura fue siempre que mis disculpas a ella no le servían de nada, y así fue hasta que me fui de la casa después de que terminamos de hablar.

Me encontré en 3 ocasiones más con ella, pero siempre evité el contacto directo con ella, justificándome en que no quería producirle incomodidad, asumiendo una postura cómoda y cobarde que me permitió no asumir la violencia que había ejercido.

Luego, aproximadamente 9 meses después de cuando agredí a esta persona, ella me confrontó junto con una de sus amigas después de la marcha del 1 de Mayo (del 2015), en esa ocasión yo me encontraba con personas de un colectivo en el cual participaba (que la conocían), y ella dijo que yo le había tocado la vulva, nuevamente mi postura fue la de la cobardía y la comodidad y mantuve silencio, no negué la acusación que se hacía en mi contra, y después de eso, conversé con lxs demás integrantes del colectivo respecto a la situación, y me recomendaron escribirle un mail pidiendolé que nos juntáramos a conversar. Hice eso, pero ella nunca respondió.

En Diciembre de ese año me enteré que en un encuentro feminista separatista, se me acusó de haber violado a esa persona, y luego, varios meses (quizás un año) después, por otros comentarios, me enteré (por cahuines básicamente) que por alguna razón (desconozco cual) esa funa se había puesto en duda.

Lo último que supe al respecto, fue hace tres días cuando me enteré de que ella había publicado en Facebook nuevamente que yo le había tocado la vulva cuando me quedé en la casa okupa en la que ella vivía.

A raíz de esto, ayer (2 de Noviembre) converse con el resto de las integrantes del colectivo “No es lo mismo ser Loca que Loco” respecto a esta situación, y les comuniqué mi decisión de retirarme del grupo, pues no consideró correcto que un hombre acusado de una agresión sexual (independiente cual sea mi versión de los hechos) participe de una agrupación feminista, en especial en un contexto en el cuál múltiples agrupaciones (algunas de ellas feministas) han defendido activamente a integrantes acusados de acoso y agresión sexual.

Considero que como me señalaron ayer mis compañeras, escribir este texto reconociendo públicamente (y no sólo de forma privada, como lo había hecho hasta ahora) la violencia sexual que sí ejercí es parte de un necesario proceso de asumir responsabilidad por mis acciones, así como también lo es renunciar al grupo en el cual había estado participando desde Marzo de este año.

Caco (Ex – Integrante de “No es lo mismo ser Loca que Loco”)

Noticias

Mujer fue violada al interior de la institución de Escuela de Carabineros y luego internada contra su voluntad en una clínica psiquiátrica

[Noticia en el diario El Desconcierto: Ciudadana costarricense fue violada en Escuela de Carabineros y forzada a internarse en un psiquiátrico]

estamos hartos de policia

Esta no es la primera, y muy a nuestro pesar, no será tampoco la última vez, que las internaciones psiquiátricas (forzosas, pues que conste, que pese a lo que diga la ley, aún existen) son utilizadas con el fin de acallar e invisibilizar la violencia sexual vivida por miles de mujeres, no es casualidad que dos de cada tres mujeres diagnosticadas con algún «trastorno mental grave» reporten haber sido violentadas sexualmente en algún momento de su vida; ni tampoco el que la etiqueta «loca» aflore en la boca de los violadores cada vez que estos intentan invalidar una acusación de este tipo.

¡A detener la violencia patriarcal en todas sus formas!

Actividades

Conversatorio: «No es lo mismo ser Loca que Loco – Violencia de Género en Salud Mental» (Centro Cultural Espacio Matta)

Están todxs invitadxs a esta nueva instancia para cuestionarnos la violencia de género ejercida día a día dentro de los dispositivos de salud mental, y a partir del discurso y las prácticas psiquiátricas.

En esta oportunidad, en una búsqueda de alejarnos de los espacios universitarios, realizaremos nuestro conversatorio en el Centro Cultural Espacio Matta, ubicado en las cercanías del metro Santa Rosa, en la comuna de La Granja, con lo cual aspiramos poder ampliar los espacios en los cuales se reflexione en torno a la forma en la que la psiquiatría controla y reprime a cientos de miles de mujeres, ejerciendo una forma particular de violencia contra nosotras.

Conversatorio 7 Agosto copy

(7 de Agosto, 18.30, Centro Cultural Espacio Matta)

[Av. Santa Rosa #9014, Metro Santa Rosa]

(Ver evento en Facebook)

Actividades · Material Difusión

Testimonio de una superviviente al Electroshock

Me callaron mediante la tortura, mediante ese proceso conocido como terapia electro convulsiva, una forma de tortura que nadie se atreve a denominar así, ya que se da en un contexto médico, en un hospital público, por lo tanto, avalado por el estado.

El patriarcado me coarto, metió corriente en mi cuerpo, y se adueñó de él.

En chile, la TEC (Terapia Electroconvulsiva – Electroshock) es una prestación incluida y financiada por el sistema de salud, el financiamiento de un tratamiento completo (entre 8 y 12 sesiones) asciende a 657.770 pesos.

Para este tratamiento, no existe sistema alguno que fiscalice su administración, y la única fuente disponible de información son las facturas de prestación que rinden los servicios de salud al Estado.

Algunas cifras, entre los años 2010 y 2015, solo en el Instituto Psiquiátrico José Horwitz Barak, se aplicaron un total de 18.897 electroshocks (6 al día), y sólo en el año 2015, el sistema público de salud, financio 113 tratamientos completos de TEC, lo que implicó un gasto de más de 74 millones de pesos.

Creo que es importante destacar que cuando lxs profesionales de la salud mental exigen más financiamiento para su área, lo que en el fondo están pidiendo es más dinero para electroshock, psicocirugías, contenciones físicas (y químicas), y medicamentos, todo esto, sin cuestionar su quehacer profesional, ni estas violentas prácticas.

Desde los espacios institucionales se sostiene que la TEC es indicada solo para casos específicos, y cuando todas las alternativas de tratamientos han fallado, sin embargo, las cifras expuestas y testimonios como el mío demuestran que los protocolos no son respetados, y los electroshocks son aplicados a granel.

En hospitales públicos y en clínicas privadas, es común que el uso del electroshock se promueva como primera opción de tratamiento, siendo las adultas y adultos mayores, mujeres embarazadas (como alternativa al agresivo tratamiento farmacológico) y niñxs, quienes están más expuestxs a este tipo de violencia psiquiátrica.

El electroshock no cuenta con evidencia científica que lo respalde, y es en esencia, un procedimiento dañino y perjudicial, provocando un daño cerebral severo y discapacitante en lxs usuarixs, lxs cuales, tras este tratamiento, se vuelven dóciles y manejables, lo cual es interpretado erróneamente como una señal de mejoría.

El electroshock es una forma de tortura practicada por la psiquiatría y financiada por el estado, la cual existe a vista y paciencia de miles de familias que por desconocimiento o con tal de “sacarse el cacho de encima” dan el consentimiento para su aplicación.

La realidad del electroshock está sumamente invisibilizada en Chile, de hecho, si yo no hubiera sido víctima de este tratamiento, probablemente tampoco sabría al respecto, y por eso como colectivo consideramos necesaria la concientización de esta forma particular de violencia que ejerce la psiquiatría a diario.

Es necesario frenar esta práctica, ¡No más electroshock!

WhatsApp Image 2017-07-26 at 22.42.11

[Marcha No + Electroshock, Viernes 28 de Julio, 18 horas, Ahumada con Alameda]

 (Ver Evento de Facebook)

Material Difusión · Reflexiones

Texto: El Cuerpo de las Locas

¿A cuántas mujeres alguna vez les han dicho o gritado una (sino todas) de las siguientes frases? “pareces loca”, “cállate loca”, “estás loca”, “actúas como loca”.

Probablemente a todas, y es que ser ACUSADA de loca es una anulación de tu persona, hasta una desacreditación de tu palabra a la hora de denunciar hechos de agresión machista y la invalidación inmediata de tu capacidad de juicio porque ¿qué vas a discutir con una loca? Una mujer loca es a quien se le niega la palabra. Una mujer loca es a quien se le niega todo; una mujer cuya cuerpa pasa a ser terreno ajeno, donde no tiene injerencia, donde otros deciden y determinan: el Estado, la institución psiquiátrica, establecimientos de salud mental y/o familiares.

Mujeres encerradas en los manicomios, fuertemente medicadas, al punto de no poder cambiar de posición la cabeza, babeándose, orinándose encima. Mujeres atadas por horas a una camilla, sintiendo hambre, dolor e incomodidad. Mujeres que por manifestar deseo sexual les suben las dosis de psicofármacos. Mujeres a quienes les practican electroshock bajo engaño y sin su consentimiento. Mujeres a quienes les practican esterilizaciones forzosas sin su consentimiento, basta la solicitud y evaluación de terceros.

Mujeres a quienes el aparato judicial obliga a consumir grandes dosis de drogas psiquiátricas y vigilan mediante exámenes de sangre ese consumo porque está en cuestión su capacidad de ser madres, cuyo ejercicio depende del veredicto de un psiquiatra quien tiene la potestad absoluta sobre este aspecto de sus vidas y muchas veces se les niega ejercer la maternidad. Como mujeres no tenemos derecho a elegir no parir y como locas no tenemos derecho a criar hijes. Porque la cuerpa de las locas es terreno ajeno. Porque el Estado ampara esta violencia. Porque la sociedad nos segrega. Y la psiquiatría nos somete.

La psiquiatría, brazo armado del patriarcado y del capital, no sólo nos arrebata nuestras subjetividades reduciéndonos a una etiqueta diagnóstica, anulando así toda nuestra complejidad, acalla nuestros malestares y patologiza todas nuestras conductas cuando no se ajustan al rol impuesto, sino que se apodera con fuerza de nuestras cuerpas. Somos presas, víctimas de una violencia específica e invisibilizada, cerco de silencio que desde el feminismo, en este frente y otras campañas de protesta pretendemos romper, hasta que cada una de nosotras sea libre y autodeterminada.

 Abortamos, por infinitas causales, al Manicomnio, al Estado y el Patriarcado.

(Descargar Formato Panfleto)

Marcha Aborto

 

Actividades

Conversatorio: Locura, Psiquiatría y Derechos Sexuales/Reproductivos

“Históricamente las políticas públicas (…) han tendido a invisibilizar la sexualidad de las mujeres y a normar y controlar su fertilidad. Prácticas coercitivas como las esterilizaciones forzadas han restringido la reproducción de las mujeres diagnosticadas, limitando su capacidad de decisión y de planificación familiar, sin sumar los efectos adversos que el tratamiento farmacológico produce en su sexualidad.”

Ese es uno de los párrafos iniciales del trabajo de tesis realizado por un grupo de ex estudiantes de psicología de la Universidad de Concepción: “Institucionalidad, Equipos de Salud y Derechos sexuales y reproductivos en Salud Mental: Implicancias en la vida de mujeres diagnosticadas con trastorno mental grave o discapacidad intelectual”, trabajo académico que busca relevar las voces (históricamente acalladas) de mujeres con etiquetas diagnosticas psiquiátricas respecto a la forma en la que ellas han vivido y viven su sexualidad.

En esta ocasión lxs invitamxs a participar en un conversatorio, en el cual Patricia Castillo, una de las investigadoras a cargo de esta tesis nos dará a conocer su trabajo, como una oportunidad más para poder discutir las diversas formas en las cuales la psiquiatría opera como el brazo armado del patriarcado para poder intervenir nuestros cuerpos, en este caso, para limitar nuestra sexualidad y gocé y tomando decisiones respecto a nuestra reproducción; y la forma en las cuales distintas mujeres han podido/hemos podido generar (o al menos intentado) una resistencia a esta violencia.

El conversatorio comenzará a las 19.30 en la Librería Proyección (San Francisco #51, cerca del metro Universidad de Chile), y desde las 19.00 estaremos ahí por si alguien quiere acercarse antes a conocer más sobre nuestro grupo “No es lo mismo Ser Loca que Loco”, con el cual buscamos ser una instancia de reflexión y protesta respecto a los distintos ejercicios de violencia de género en salud mental.

Locura DDSSRR

Ver evento en Facebook

 

Reflexiones

Nada justifica la violencia machista

Son varias las situaciones que tienden a seguir a una situación de violencia patriarcal (sea esta física, psicológica o sexual) generalmente lo primero, es la minimización de la situación de violencia (el ejemplo ya clásico es el de: “no fue un golpe, si no que un empujón”), la equiparación entre las violencias (“nos golpeábamos en lxs dos”), o directamente la atribución de la responsabilidad a la víctima (“mira lo que me haces hacer”, “tú me vuelves loco”), pero cuando finalmente se destapa la olla y el tipo en cuestión queda expuesto como un agresor, no es raro escuchar, que estos busquen, como parte de sus “disculpas”, justificarse en sus “problemas”, en su “infancia difícil”, en como él también ha sido víctima de violencia en el pasado, y que no sabrían relacionarse de otra forma.

Vivimos en una sociedad violenta, que tiende a dañar de una u otra forma a todas las personas que la conforman, pero utilizar esto como una excusa para estas situaciones de violencia, nos parece indignante (además si ese fuera el juego, los hombres definitivamente no serían quienes tendrían “más excusas” para esto).

La violencia machista no puede ser justificada en nada, es una forma de dominación, y quien la ejerce es un agresor, independiente lo victimizada que haya podido ser esta persona a través de su vida, de su chapa política, o de si tiene un diagnostico psiquiátrico.

Estos últimos dos descriptores los empleamos, por un lado, debido a las diversas denuncias de agresiones que han levantado mujeres respecto a sus exparejas en entornos marxistas y anarquistas, y por otro, debido a que consideramos que la patologización psiquiátrica de la agresión machista tiene diversas aristas, todas ellas negativas, que han sido nuestra principal motivación para escribir esta nota.

La idea de que todo aquel que ejerce violencia machista es un “enfermo mental” (adjetivo que nos repugna, pero que utilizamos debido a que es el término utilizado coloquialmente en estos contextos) mantiene y refuerza el mito de que las personas locas son peligrosas, que deben ser alejadas de la sociedad, e intervenidas (violentamente) por la psiquiatría y sus dispositivos, pero además, también sirve para justificar al agresor, ya que este no podría cuestionarse sus propias formas de actuar ya que se encontraría limitado debido a su “condición mental” (léase con ironía), nuevamente fomentando el primer mito.

Nos posicionamos contra la psiquiatría en todas sus formas, no solamente aquellas alojadas dentro de sus instituciones y que se pasean por ahí con batas blancas, sino que también de aquel “psiquiatra internx” que nos genera el ser educadxs en esta sociedad donde todos los problemas son personales, internos, biológicos y que en último caso pueden ser farmacologizados.

¡NADA JUSTIFICA LA VIOLENCIA MACHISTA! ¡CONTRA LA PSIQUIATRÍA DEL PATRIARCADO!

Archivo

Declaración 8 de Marzo 2017

Declaración de las mujeres del Colectivo Autogestión Libre-Mente sobre la violencia de género en salud mental.
17201009_1854113368184669_6847291595288260948_n

Este 8 de Marzo en que conmemoramos el día de la mujer, buscamos contribuir a las luchas feministas interpelando a la psiquiatría por ser cómplice de este sistema opresivo y parte del repertorio del patriarcado, poniendo sus técnicas al servicio de la naturalización y patologización de la diversidad humana y de los efectos subjetivos que la violencia estructural de esta sociedad provoca en las personas.

 La condición de ser mujer, ha sido atribuida históricamente a características vinculadas a la inferioridad y lo patológico –irracionales, emocionales, débiles e histéricas-. Se nos estigmatiza como “enfermas mentales” cuando traspasamos el límite que el estrecho rol de género nos impone, estando expuestas a que el sistema de salud mental perciba nuestras experiencias como anormales y nos etiquete con diagnósticos psiquiátricos. Hoy día, somos las mujeres las que lideramos las cifras de atención en salud mental, principalmente aquellas que son constantemente excluidas: mujeres trans, lesbianas y bisexuales, niñas y adolescentes, mayores de edad y mujeres en condición de pobreza.

La psiquiatría por su parte, reduce todo el entramado de violencia sistémica a meras funciones biológicas del cuerpo, tratándonos con drogas psiquiátricas, dañándonos el cerebro con electroshock y psicocirugía, incluso, asegurándose que no tengamos derecho sobre nuestro cuerpo y nuestra maternidad, esterilizándonos forzosamente y quitándonos el derecho al cuidado personal de nuestros hijos e hijas. El miedo al estupro y a la violencia sexual aumenta cuando somos internadas, siendo estos tipos específicos de violencia institucional que se usan contra nosotras a modo de punición.

Como feministas locas, celebramos nuestra diversidad y defendemos el derecho a la locura, consideramos que las respuestas ante situaciones opresivas en la vida de las mujeres no son por ningún motivo “síntomas” de un “trastorno mental”, sino reacciones comprensibles, formas de afrontamiento, sobrevivencia y resistencia ante una sociedad injusta y desigual. Luchamos por despatologizar las respuestas de las mujeres hacia el trauma y la opresión, en el contexto de una lucha mayor contra el abuso psiquiátrico y la violencia machista.

Consideramos que las contribuciones feministas son importantes para enfrentar la psiquiatrización de la experiencia humana, reconociendo la importancia que los esfuerzos feministas nos acompañen en nuestra interpelación hacía la psiquiatría y sus prácticas, en un marco de mutuo enriquecimiento para la ampliación de nuestras luchas compartidas. Valorar nuestras diferencias implica alejar el temor hacia formas distintas de vincularnos con la realidad, como escuchar voces o comportarnos de manera diferente, e implica reconocer que muchas mujeres pueden legitimar las intervenciones psiquiátricas en la medida que no cuentan con miradas alternativas para comprender su sufrimiento y malestar desde una perspectiva social que el feminismo puede entregar. Por eso es necesario sumar fuerzas y dejar de ser cómplices con un sistema opresivo que busca acallar cualquier forma de diferencia o disidencia en el campo de la subjetividad.

Contra la violencia psiquiátrica y patriarcal, seguiremos denunciando sistemáticamente todo tipo de prácticas abusivas en el campo de la salud mental, reivindicando la autonomía de la subjetividad femenina, el fortalecimiento comunitario de nuestras compañeras. Reconocemos y valoramos los saberes y experiencias de mujeres que en la búsqueda de su bienestar, han desarrollado formas de solidaridad y apoyo mutuo. Para nosotras, la lucha contra la opresión psiquiátrica está en el centro de la resistencia feminista. Como locas, seguiremos luchando por la igualdad, porque la defensa del derecho a la locura será feminista o no será.